Continuando con una tradición de los intelectuales "progresistas" de escribir para regímenes injustificables -recordemos las loas de Sarte a Stalin y Mao, las odas a Stalin de Neruda, el romance de Chomsky con Chávez, el tormento de Cortázar con los juicios castristas a escritores y su idealización del fétido Ortega -hoy denunciado por Cardenal y otros contemporáneos del romance- , las loas dedicadas a los altares de sangre de Firmenich y Gorriarán Merlo, el culto del Che y el aún más penoso culto y repudio de Perón en los setentas, las sesgadas defensas de Al Qaeda y negaciones del Holocausto por la izquierda académica americana- , un lote presuroso de plumas de segunda se ha dedicado al panegírico del kirchnerismo y -peor aún- a la denigración de cualquier pensamiento alternativo.El discurso de los defensores del kirchnerismo parte de la premisa de que el que discute con ellos acepte los postulados marxistoides del debate: la estatización y manejo de la economía por el gobierno es de izquierda "progresista", los comerciantes, productores rurales, industriales y bancos son de derecha "reaccionaria".
Los créditos del FMI al 5 % anual son "dependencia" y "colonialismo" porque el Fondo pone "condiciones" como un plan económico. Los créditos de Chávez al 15 % son "solidaridad bolivariana" aunque Chavez ponga como condición el apoyar su política de shopping de gobiernos (elecciones argentinas con "valijas" incluídas), apoyo a las FARC y a Bin Laden.
El "robo para la corona" es legítimo y "redistributivo" si lo hace Kirchner, es antinacional si lo hace Menem (poco importa que hayan compartido 8 boletas electorales robando juntos).
Asaltada por las plumas rentadas que invitan a la Argentina quebrada por el default a echar las culpas al maligno mundo exterior, la mediocre oposición acepta las premisas de la franquicia post-peronista en el poder y trata de criticar a los pseudo-progresistas desde el pseudo-progresismo.
Los opositores del kirchnerismo -desde Solanas a Carrió- libran un delirante "campeonato progresista" para ver quién es más antimenemista, antiamericano, socialista y populista.
Poco importa que la realidad sea que donde se haya aplicado, la fórmula "de izquierda" kirchnerista-chavista ha sumido a los pobres en el hambre y el atraso, y que -por el contrario- para salir de la miseria China, India, Rusia y el resto del antiguo Este soviético han recurrido al mercado y al libre comercio. Hasta Cuba con Fidel y seguramente después.
Menos aún que tras 6 años de poder en manos del matrimonio Kirchner y sus secuaces casi el 30 % de los argentinos siga viviendo bajo el límite de pobreza, el 15 % no tenga empleo y que la deuda externa supere los 126.000 millones de dólares (pese al mitificado "pagadiós") aunque el país sea un paria financiero internacional que paga 15 % a su prestamista venezolano.
Autores pedestres de chicanas universitarias, de barricada setentista, egresados de la facultad de los exámenes grupales y las cátedras alternativas, intelectuales de horda que baten el parche del resentimiento nacionalista para ocultar los crímenes y desfalcos a los que han contribuido, los escribas kirchneristas posan en los medios jugando a Sartre y Lacan como si hubiesen escrito algo digno de recuerdo.
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Son un síntoma claro de la decadencia intelectual de una Argentina que se engaña a sí misma echando las culpas de sus males hacia afuera, preferentemente a entelequias marxistizadas como el "FMI" o el "neoliberalismo".
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Un coro gregoriano que toca una sola nota, recita una sola idea, clasifica en una sola caja: la del caduco pensamiento neomarxista de los setenta que llenaba las universidades argentinas de una sola doctrina basada apócrifamente en un autor que nadie -incluído Althusser- se molestaba en leer.
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Un coro que además canta sobre el fondo musical de los tonos amenazadores del nacionalismo fascista del que proceden sus ex Montoneros y sus D´Elías.
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Las "luminarias" de esta camada apenas son "la segunda", el medio pelo dogmático, oportunista e intelectualmente perezoso de lo que alguna vez fueron los Cortazar y los Borges, los Boedos y Floridas que otra Argentina más seria y decente supo producir.
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Había entonces intelectuales conservadores como Borges o Lugones y peronistas como Marechal, pensadores marxistas como los Agostis y Sciarrtetas y antimarxistas como Fatone y Bunge, nacionalistas como Scalabrini y Jauretche, freudianos como Pichon Riviere y Raskovsky y antifreudianos como Azcoaga y Bleger , católicos como Bernárdez y Castellani y laicos como Risieri Frondizi y Sábato en abundancia y calidad, publicando libros que se leían en el país y en el exterior. Periodistas como Botana, Timerman o Walsh escribian juntos en los mismos diarios.
Hoy, el desierto intelectual está tachonado de kioscos y blogs de un solo pelaje: el medio pelo de escritores ignotos, intelectuales de segunda que escriben para exaltar al régimen que les paga sueldos, programas de TV, revistas y publicaciones y amedrentar a los disidentes con amenazas y descalificadores.
El kirchnerismo ha traído consigo la estalinización de la cultura a ritmo de valijas venezolanas.
El progresismo antimercado, anti empresa, antiliberal es dogma indiscutible predicado en manuales escolares, canales de televisión y hasta en diarios como La Nacion, que ahora censuran a quienes critican al régimen en sus blogs.
Hay algo especialmente repugnante en el intelectual a sueldo: el uso de su arte para engañar a los más ingenuos, promover la "obediencia debida" al régimen y amedrentar al pensamiento independiente.
Cuando los argentinos que crecieron en los espejismos y mentiras de los setentas y de los noventa despierten de las excusas izquierdistas con las que hoy encubren sus fracasos, pereza y codicia con racionalizaciones intelectuales y descubran que han sido una vez más estafados y robados por la franquicia post-peronista será tarde.
Le tocará a sus hijos y nietos, los que trabajan silenciosamente levantando Palermo, sembrando el campo y estudiando en el exterior, volver a comenzar de cero, como a sus bisabuelos inmigrantes.
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Referencias
- Oda a Stalin, de Pablo Neruda
- Cardenal denuncia al Sandinismo y a Ortega
- Raymond Aron y el opio de los intelectuales
- Raymond Aron sobre Sartre y el culto de Mayo del 68
- Mario Vargas Llosa sobre el arte de la ficción
- Homenaje a Vargas Llosa
- Octavio Paz: los escritores y los partidos políticos
- Jorge Luis Borges: el artista y el escritor
- Entrevista a Alexander Solyenitsin
- Galeano y Pigna le echan la culpa a Wal Mart de la decadencia argentina
- Feinman se queja de los piquetes en Buenos Aires
- Pino Solanas acusa a Kirchner de ser la continuidad de Menem
- Pino Solanas dice que en Cuba hay "democracia participativa" y en la Argentina de Kirchner, no
- El escriba K Caparrós recibe una paliza en debate con el diputado Iglesias.
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1 comment:
Cómo será nuestra decadencia que el ícono de los "libre-pensadores K" es Orlando Barone !!
Excelente post.
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