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Friday, October 1, 2010

Descontrol y corrupción: etapa final de la izquierda violenta y reaccionaria


"El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente" Lord Acton, 1887

Como si hiciera falta algo más para hacer más evidente e irrespirable la tensa y caótica gestión de los ex-Montoneros y ex-Camporistas en el gobierno del matrimonio Kirchner, una Hebe de Bonafini sin medicación (o tal vez con unos whiskies de más) vomitó su cuota habitual de odio descontrolado llamando a linchar a la Corte Suprema y hacer completamente evidente la dictadura que rige al país desde que los Kirchner decapitaron la Corte y llenaron el Parlamento de "legisladores testimoniales" en 2003.

Pero si algo no hace Bonafini es ocultar la verdad: proclama con alaridos lo que los Kirchner y sus secuaces hacen con excusas bizarras: destruir a los medios que publican lo que no quieren, saquear el Estado mediante "estatizaciones" para los sindicatos y "nacionalizaciones" para los amigos y -más siniestramente- proclamarse defensores de los derechos humanos y jueces de los asesinos de las Juntas Militares mientras al mismo tiempo exoneran a los asesinos de Montoneros y ERP y dan asilo a guerrilleros chilenos que siguieron asesinando impunemente durante la democracia (como el ERP en su versión final del "Movimiento Todos por La Patria" en La Tablada, Sendero Luminoso en los noventas o la FARC en la actualidad)

Bonafini ha virado a las Madres de Plaza de Mayo de denunciar los crímenes de la dictadura militar a justificar los crímenes de los Montoneros y ERP y alentar nuevos, festejando las atrocidades de las Torres Gemelas y las FARC.

Los "derechos humanos" en manos de los Kirchner y la minoría sectaria encaramada en el poder en nombre del Perón que los echara de la Plaza en 1974 suenan tan creíbles como los "congresos por la paz" con los que la URSS y sus franquicias stalinistas locales condenaban la guerra de Vietnam mientras los tanques soviéticos aplastaban Hungría, Polonia y Checoslovaquia y los muchachos de Pol Pot arrasaban Cambodia y masacraban a 2 millones en sus campos de concentración.

Algo le debemos a la desaforada Bonafini: el dejar en evidencia la abyecta hipocresía del gobierno que la usa y de la izquierda reaccionaria que -encaramada en el poder- ha pasado de ejercerlo en forma dictatorial a llenarse los bolsillos con los fondos clientelistas a través de siniestras empresas inmobiliarias -como la que la Bonafini comparte (en otro acto fallido) con el parricida Shocklende- o "administrando" las limosnas de los "planes sociales" con los que 3 millones de argentinos viven por debajo de la línea de pobreza controlados por "líderes piqueteros" convertidos en funcionarios paralelos.

Bonafini y Kirchner han hecho una carrera usando a los muertos para justificar poderes abusivos que nunca podrían obtener por la vía del voto y a través de esos poderes llenarse los bolsillos y los de sus socios y amigos.

Pero tal vez el daño más grande que dejarán atrás es el haber desacreditado todas y cada una de las causas que han usado para encaramarse en el poder.

La Argentina kirchnerista sigue degradándose y repitiendo uno por uno todos los errores del pasado: comenzaron repitiendo las mentiras de los setentas y ahora están reviviendo la decadencia pútrida del servilismo, el cultivo de odios y las persecuciones de los cincuentas.

Para la izquierda violenta y reaccionaria que tan elocuentemente representan Bonafini, los Kirchner, Castros y Chavez no hay futuro: solamente un viaje obstinado a las recetas que fracasaron durante medio siglo del siglo pasado.

Se les está acabando el tiempo y la paciencia de los gobernados a los que parasitan.
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Referencias
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4 comments:

Francisco de Miranda said...

Cuál es el límite al que quieren llegar dejando sueltos a las Bonafinis, D´Elias y asilando a los Apablazas?
El descontrol y el atropello de este gobierno -correctamente catalogado como dictadura civil y encuadrado en el delito descripto en el Capítulo 29 de la Constitución- ha creado -como bien señala Ortega- una atmósfera tóxica de la que no sólo huyen los capitales (a razón de 1,000 millones por mes) a los países vecinos, sino los habitantes a refugiarse en sus casas, tras rejas y protectores de los robos cada 15 minutos y las calles plagadas de rateros en moto y a pie.
El furor con el que atacan a cualquiera que opine diferente (o se atreva a mostrar un hilo de decencia) deriva de saber que apenas pierdan el poder irán a parar a la cárcel a la que pertenecen.

Discepolin said...

Permitame felicitarlo, Ortega, y completar la cita de Lord Acton, que comienza asi:

"Y recuerden que, dondequiera que hay una concentración de poder en pocas manos, con frecuencia hombres con mentalidad de gángsters toman el control. La Historia lo ha probado. Todo poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente"

En los países desarrollados, se busca el dinero para ganar poder.

En nuestras republiquetas, se busca el poder para ganar dinero.

Esa es la meta de todos estos crispados alaridos: el grito de la mechera que´busca distraer la atención mientras manotea lo ajeno.

Macedonio said...

Creo que en esta Argentina crispada y dopada regularmente para tolerar la atmósfera de cianuro que han creado y hacen respirar los Kirchner habría que seguir una vieja sugerencia suya, Discepolin, y llamar a Daktari con los dardos tranquilizantes para la Bonafini, D´Elia, y los demás integrantes del elenco.
Otra solución sería una cura de sueño de 2 años para la pareja real -así cuando se despiertan es 2013 y el asilo cambió de director-

Bioy said...

El kirchnerato se caracteriza por su colección de psicópatas y psicóticos sin medicación. Bonafini está para internar, no para dirigir la clínica.