Mitos y leyendas bolivarianos 6: Los "fondos buitres"

Frente al pánico desatado por la inminente probabilidad de un nuevo default tecnico que desnude la precariedad del "desendeudamiento" (eufemismo con el que se pretende camuflar el pagadiós, quita de fondos y estafa a los bonistas extranjeros y argentinos) la nueva linea de propaganda de los gobiernos que eluden devolver lo prestado es llamar a los cobradores "fondos buitres" y "caranchos" que "especulan" con la desgracia ajena enriqueciendose a costa de un gobierno pobre que sólo dispone de esos 1,300 millones de dólares para cubrir las emisiones de Futbol para Todos y la publicidad oficial. 

 No hay fondos para los 530,000 jubilados que reclaman el pago de haberes no ajustados a pesar de la orden de la Corte Suprema, pero sí hay 63,000 millones de pesos del ANSSES (pertenecientes a esos mismos jubilados) para cubrir pagos del gobierno y subsidios por hijo. 

 La realidad es que, como los buitres y caranchos, los holdouts son técnicamente cobradores que compran bonos basura entregando dólares a los estafados por una fracción de valor equivalente a la probabilidad, tiempo y gastos legales que llevará recuperarlos o no (en el caso de Argentina, unos 11 años). Elliot pagó de inmediato y al contado en dolares a los bonistas originales el 25 % del valor nominal de los bonos basura que les habia entregado  el gobierno -con promesa de devolución íntegra más intereses- a cambio de sus dolares legítimos. El gobierno  del "desendeudamiento" los hizo esperar 10 años para pagarles el 30% en cuotas.

Al igual que quienes compran cheques rechazados para reclamarlos judicialmente, los fondos "buitres" proveen una instancia de cobro a los estafados por los emisores, impidiendo al menos minimamente el colapso total de la cadena de pagos y su consecuente "efecto dominó" de quiebras e insolvencia.

 En el caso de Argentina, además de los Elliot, hay otros "buitres" representando a miles de jubilados italianos reclamando 6,300 millones de dólares en bonos basura defaulteados y tras ellos, organismos como el CIADI que reclaman 63,000 millones adicionales por confiscaciones impagas a inversores españoles, franceses y americanos. 

 Sin los "buitres y caranchos", las sobretasas de riesgo siderales que obligan a pagar a sus  tomadores de crédito y empresas productivas gobiernos defaulteadores seriales como los de Argentina y Venezuela serían aún mucho más altas y las inversiones extranjeras, imposibles. 

 Si los jubilados argentinos tuviesen la posibilidad de recibir una parte de las jubilaciones impagas que reclaman desde hace una década en dólares a cambio de cederles los derechos de cobro de los que sobreviven (algo con lo que especulan los gobiernos estafadores para no pagar nunca) , los jubilados tendrían adicionales de inmediato para resolver situaciones de indigencia o extrema pobreza.

Habría que preguntar a quienes recibieron pesos por depósitos en dólares, vieron sus jubilaciones privadas confiscadas, quienes reciben un 30 % en lugar de un 82% móvil tras 40 años de aportes quienes son los verdaderos "buitres" y quienes los defienden de ellos.